El ladrón de la suerte.

22.07.2012 23:09

 

    En una noche oscura, yo iba caminando por la calle. De repente, se oyeron disparos. Fui corriendo a ver qué sucedía y vi a una mujer muerta en el suelo, volteé a ver el ladrón y le grité para que se detenga.

    El ladrón se llevó un collar que tenía un ojo en medio. Entonces logré memorizar cómo era el collar.

    Lo busqué en internet, encontré una leyenda que decía: "Quien obtenga los 3 amuletos de la buena suerte, el collar, la máscara y el guante y lo sostenga en el puente Mijou, tendrá suerte eterna. Yo sospechaba que eso quería el ladrón: tener suerte eterna.Busqué la ubicación del guante. Por desgracia, el ladrón hizo lo mismo:el ya lo tenía en su poder, así que nos encontramos a media noche. Le pregunté: -¿Quién eres tú? Él se mantuvo en silencio absoluto.     De repente, alguien me golpeó por detrás y me desmayé. Cuando desperté, el ladrón y el guante habían desaparecido. Sentí algo húmedo, me di vuelta y encontré una mujer muerta con una piedra en las manos. Después supuse que eso me había golpeado. Rápidamente, busqué en internet la ubicación de la máscara, al parecer estaba en el museo. Me apuré para que el ladrón no pudiera agarrar la máscara antes que yo. Llegué y  la vi desde la ventana del museo, estaba en su lugar. Como todos saben, los policías tenemos una llave que abre todas las puertas, así que abrí la puerta del museo, tomé la máscara y me retiré. Al llegar a mi casa con una pista, el asesino había dejado un cuchillo junto a una de sus víctimas.

    Me dormí, cansado por todo lo vivido. Al despertar, me di cuenta que alguien había entrado a mi casa.

    Entonces descubrí que habían robado mi máscara, mi llave maestra y mi placa, así que, movido por un presentimiento fui hasta el puente Mijou.Allí encontré al ladrón, bajo la luz de la Luna se quitó la máscara, era mi hermano. Antes de que pudiera sacar los objetos, fui corriendo a preguntarle:

-¿Por qué lo hiciste?

-Porque siempre te he tenido envidia.

Luego sacó los objetos, lo tacleé y mantuvimos una feroz pelea entre hermanos. Finalmente yo gané, tomé los objetos místicos y los escondí donde nadie pudiera encontrarlos jamás.

 

Luis Alberto Rivero y Enzo Spadachini.