¿Por qué mueren los pájaros?
Mateo era un niño singular, era muy inquieto, le encantaba trepar, saltar, correr y jugar a la pelota, por eso su mamá lo dejaba ir siempre a la plaza de su barrio.
Un día, Mateo fue a la plaza y detrás de un árbol vio de lejos una pluma moverse, se acercó para ver de cerca qué era. ¿Y qué vio? Sí… un pájaro muerto.
Mateo decidió entonces convertirse en un detective y se propuso descubrir por qué morían los pájaros. Un día fue a la plaza, se trepó al árbol más alto para desde ahí ver si los pájaros podían volar bien. Todo en orden dijo, y se bajó de un salto, y así observó por horas a los pájaros volar.
Otro día, mientras masticaba un chicle que se compró en un quiosco, observó que unos pajaritos dejaban de volar y se posaban a comer las migas de las galletas que dejaron unos chicos y luego se iban felices…
El tercer dia, Mateo se puso su gorra de detective y masticando su chicle se fue a la plaza otra vez a observar … pero nada nuevo. Ya cansado y aburrido de repetirse siempre la misma situación se sacó la gorra, se tiró en un banco pensativo y tiró su chicle. De repente, sus pies estaban llenos de pájaros que querían comerse el chicle. Mateo los espantó, se levantó y se fue a su casa. Pensando por el camino se dio cuenta que esos pajaritos habían confundido su chicle con una simple miga y éstos al comerlo morían. ¡Qué molesto se puso Mateo consigo mismo por haber tirado ese chicle! Volvió corriendo a la plaza, levantó el chicle y lo tiró a un cesto. Desde entonces Mateo mientras corre, juega y salta decora la plaza con hermosos carteles que dicen: “NO ARROJAR CHICLES AL PISO”
Autor: Valentina Alvarez Quiñones